Hay que llevarlo a todas partes, cargarlo, alimentarlo con múltiples opciones, vestirlo con forros de todos los colores; protegerlo contra los virus, los ladrones y las caídas, llenarlo de accesorios y hasta limpiarlo de los correos basura.
El ‘BB’ no llora, pero sí parpadea con una luz roja o vibra; muy pronto se apropiará de todos sus espacios y lo despertará a las horas más insólitas, incluso en las madrugadas.
“Yo duermo con el ‘BB’, tiene su propia almohada. Es mi relación más estable, porque hace rato que no tengo novio. Lo consiento, lo cargo dos veces al día, le cambio los forros, le tengo antiespía para que nadie esté chismoseando lo que escribo. Si a las 2:00 a.m. me llega un mensaje, lo contesto”, dice Lina Vivero, de 32 años, que se autodenomina una ‘Crackberry’, en otras palabras, una adicta al ‘BB’.
Esta consultora en comunicación y relacionista pública asegura que sin su ‘BB’ no podría hacer bien su trabajo. Todavía recuerda cómo el aparato mágico le permitió contactar a periodistas de toda Colombia con Manolo Cardona cuando el actor caleño fue premiado en el Festival de Cine de Sundance (Estados Unidos), mientras ella asistía a una boda familiar en Cartagena.
Es paradójico que un aparato que proporciona independencia, al mismo tiempo cree tanta adicción. Martha Elena Osorio, psicóloga y psicoterapeuta. A través del ‘BB’, Lina permanece conectada con miles de personas través de Twitter, Facebook y Youtube, cuyos mensajes puede contestar de inmediato. Además, tiene descargado el ‘What's Up’. una versión compatible con todos los iPhone.
“Mi trabajo se basa en oportunidades, no puedo desperdiciar ninguna. Antes del ‘BB’, si necesitaba mandar un texto o una foto a un cliente que estaba al otro lado de la ciudad, en una reunión, no podía hacer nada. Ahora me he vuelto multifuncional, hago muchas cosas al tiempo y estoy en muchas partes a la vez. Puedo ser directa, no tengo que llamar y pasar por el protocolo de saludar, preguntar por el clima y la familia. El ‘BB’ optimizó mi tiempo”, dice esta usuaria que tiene 350 contactos profesionales en su chat.
El mismo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, confesó que le es difícil desprenderse de su fiel compañero. Hoy en día, desde el Despacho Oval hasta la oficina de cualquier ejecutivo, el panorama es igual: una reunión en la que todos están agachados sobre su ‘BB’, contestando mensajes, sin saber si se están escuchando los unos a los otros. Sus detractores los llaman: “la tribu de los cabeza agachada”.
Ha sido tal el furor por esta herramienta, que en Japón ya se ofrecen terapias para tratar a los ‘Crackberry’. Y Colombia no ha sido ajena esta especie de ‘adicción’, según la psicoterapeuta Martha Elena Osorio, quien explica que los teléfonos móviles ofrecen libertad, independencia y facilidad de comunicación, pero “estas libertades pueden llegar a convertirse en dependencia. Si se analizan casos de adicción, se comprueban ejemplos de agresividad, mal humor, aislamiento, fracaso en los estudios y alejamiento de la familia que manifiestan los adictos al móvil”.
En su concepto, las señales de alarma son: aislamiento familiar y social, neurosis en aumento, mal genio, respuestas displicentes, angustia y desesperación por no estar conectado, mente divagadora, palabras inconexas, trastornos de sueño y alimenticios, ausentismo en el colegio, menor rendimiento académico o laboral, poca o ninguna afectividad y búsqueda de otros escapes.
Según investigaciones clínicas, por el mal manejo de este tipo de tecnologías también se pueden presentar daños en los músculos del antebrazo (por oprimir demasiado las teclas) y tendinitis.
Pero si se le da un buen uso, como en el caso del cantante caleño Julio Nava, el aparato resulta irremplazable, pues puede coordinar desde su casa el lanzamiento de su producción ‘El Cóndor Fénix’. Aunque admite que tenerlo, a veces es un karma, “en especial cuando a un amigo le da por mandarte chistes tras chistes, y bien flojos, hasta saturarte”.
Es que hasta los amantes del ‘BB’ se sienten agobiados cuando a algún contacto sin oficio le da por enviar mensajes en cadena, o cuando a otros les da por revelar lo que realizan minuto a minuto, escribiendo en su espacio para el nick, sin preguntarse si a los demás les importa cuándo se bañan, a qué hora almuerzan, si tienen frío o rabia, si perdieron un parcial, si están sin plata o están por cortarles los servicios.
Un ‘BB’ que une
Pero no todo es oscuro. Para algunos, el ‘BB’ ha sido un factor de unión, como les sucedió a Mónica Fonseca y a su esposo Marc Tacher, quien antes de pedirle una cita le pidió el Pin. Ahora, él se comunica instantáneamente con ella, así sea desde México. Su ‘BB’ les permite mantener vivo un matrimonio a distancia.
Pero no solo los famosos y los enamorados lo defienden. Elizabeth, ama de casa y coordinadora de fiestas sociales, es una defensora a ultranza del ‘BB’, con el que no sólo envía cotizaciones a sus clientes y recibe los extractos bancarios.
“Tenemos un chat llamado: familia. Empezamos los primos de varias partes del país y del extranjero, un grupo de ocho, ahora ya vamos en 13. Se unieron las tías y mi mamá, que tienen más de 75 años y se resistían a usar esos aparatos y ahora andan pidiendo asesoría para actualizar sus ‘BB’”.
Ante el saludo inicial del chat: “Hola a todos”, cada miembro de la familia se va uniendo a la conversación. “Todos intervenimos, es como si siempre estuviéramos reunidos y no hubiera distancias”.
Al que no le gusta la idea es a su esposo, en especial cuando su ‘BB’ comienza a pitar un sábado, a las 6:00 a.m., porque una tía se desveló y decidió despertarlos a todos.
Muchos no se despegan de su ‘BB’ ni para dormir, como Lorena Olaya, una profesora de inglés que lo define como la extensión de su mano. Ella no se deja ‘corchar’ de ningún estudiante, gracias a la aplicación de Google y Twitter que le permite obtener información en cualquier momento. Así vaya en el MÍO, aprovecha para tomar fotos cuando se presentan anomalías en el servicio.
El aparato también gana votos entre los políticos. Es el caso de la destituida senadora Piedad Córdoba, que en plena crisis de Estado de Ecuador le envió un ‘mensaje’ de apoyo al presidente Rafael Correa: “Podrán cortar flores, pero no impedirán la llegada de la primavera”.
Esa frase de batalla la podrían usar los ‘CrackBerries’ de Emiratos Árabes Unidos, donde en julio se declaró a los BlackBerry como “una amenaza potencial para la seguridad nacional”.
No menos curiosa fue la recomendación del Ministerio de Ciudadanía e Inmigración de Canadá, quien invitó a “apagar la BlackBerry de las 7:00 p.m. hasta las 7:00 a.m., durante reuniones, fines de semana y vacaciones”. Una función que se contempla dentro de los parámetros generales del aparato, pero casi todos los usuarios omiten.
Entre los famosos, pocos renuncian a este dispositivo móvil: Britney Spears, los ha tenido de todos los modelos, al igual que Paris Hilton y Madonna. Christina Aguilera y Mariah Carey tuvieron BB hasta que se cansaron de recibir insultos o quizás propuestas indecentes. Mientras que Penélope Cruz, Jessica Alba, Oprah, Fergie, Kate Winslet, Sienna Miller, y la colombiana Sofía Vergara han adoptado a este ‘bebé’ como parte indisoluble de sus vidas.
No apto para...
- Quien no concibe hacer dos cosas al mismo tiempo. Fue hecho para multifuncionales.
- Quien no soporta los chistes flojos y las cadenas de oración, pues ahora le llegarán en masa.
- Quienes detestan el Twitter y el Messenger, y se niegan a entrar en Facebook, porque el ‘BB’ se alimenta de ellos.
- Quien sea propenso a la adicción a la tecnología.
- Quien quiere desconectarse del trabajo. El ‘BB’ es una oficina ambulante que lo acompañará hasta en la isla desierta que eligió para sus vacaciones.
- Quien no quiere invasión de su vida privada. Lo despertará hasta en las madrugadas.
- Quien está en proceso de recuperar su matrimonio, o tiempo con sus hijos, pues tendrá que concentrarse en eso.
¿Es adicto al ‘BB’?
Lleva a su ‘BB’ al baño.
Siente felicidad cuando hay trancones de tránsito o llega a un semáforo y puede navegar en su ‘BB’.
Se ríe a carcajadas y sonríe mucho estando solo.
No le importa quién o qué está o pasa a su alrededor.
Tiene problemas de espalda y de cuello por mala postura.
Duerme con su ‘BB’ al lado.
Se burla de las otras marcas de celular. Incluso ha tenido peleas con otros usuarios.
Cae en depresión total si algo le ocurre a su ‘BB’.
Padece trastornos de estrés por no tener cobertura total.
Sufre episodios de ira descomunal cuando se queda pegado el ‘BB’.
Hace mucho tiempo no disfruta de un encuentro sexual con su pareja, porque apenas le queda tiempo para su ‘BB’.
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